Un hábito saludable - desde el principio

Los niños que aprenden yoga a una edad temprana empiezan la vida de la forma más sana. Esto es especialmente importante en nuestro vertiginoso mundo. En principio, los niños pueden empezar la práctica a cualquier edad, pero a partir de los seis o siete años les es mucho más fácil prestar atención.

Cuerpo y mente en forma

A través del yoga los niños aprenden a concentrarse de una manera lúdica. Estos ejercicios mejoran la motricidad, el sentido del equilibrio y, como resultado, la salud en general y la fortaleza física. Por otra parte, participando en estas clases los niños desarrollan habilidades sociales. La práctica regular de yoga ofrece una ayuda efectiva para ayudar por ejemplo, a niños con problemas de aprendizaje, hiperactividad, estrés y falta de ejercicio. Además el yoga mejora su autoconfianza - y de paso ¡es muy divertido!